[FanFic] Catch me... If you Can

Una sonrisa burlona surcaba su rostro, al fin lo había conseguido, al fin se había dignado a aparecer. Parado, encima de la torre más alta de aquella escuela, conocida como Shibusen, se alzaba la figura de aquel individuo. En su retorcida mente, no había mayor placer que ese. Estaba rodeado por todos lados, los patrulleros de policía rodeaban el edificio, impidiéndole la salida. Y los helicópteros, sobrevolaban su cabeza, iluminándolo cada tanto con sus luces. La adrenalina corría por sus venas, porque, al fin se sentía atrapado, sin salida, totalmente perdido. Pero no precisamente por el cuerpo policial que había armado tanto jaleo en su nombre, sino porque al fin se había dignado aparecer. Aquella persona que podía ver a través de sus trucos de magia, aquella que desbarataba sus planes con una maestría digna de un genio, aquella de la que siempre escapaba por un pelo, pero que cada vez se le hacía más difícil.

Podía ver a aquel ente sentado en el auto de la policía. Mirando fijamente hacia el tejado donde él se encontraba. Podía claramente sentir su mirada posada en él, y un revoltijo de ansias lo invadió. Era la primera vez que se dignaba a presentarse en la escena del futuro robo. Porque él sabía que aquella persona pensaba eso, que era un simple ladrón de guante blanco que no hace más que burlarse de la policía. Pero estaba muy equivocada, él no era solo unladrón, era un mago, y uno muy bueno. Y lo que él quería era demostrárselo a toda costa.

-¡Ríndete! ¡Estás rodeado!- gritó un pelirrojo con un altavoz en la mano, sus ojos azules echaban chispas.

Su sonrisa no hizo más que aumentar, dejando ver unos afilados dientes de tiburón. El viento soplaba levemente su capa blanca, y su sombrero de copa blanco, amenazaba con caérsele. Sus dos manos estaban en los bolsillos de su pantalón, dándole una pose despreocupada, y que ponía a los detectives y policías, completamente nerviosos. Nadie sabía quién era aquel ladrón-mago, pero él sí sabía quiénes eran ellos. Él era un experto, imitando las voces de cualquiera, disfrazándose con perfecta exactitud, y robando las joyas más valiosas, de la manera más elegante y mágica que se hubiera visto. Muchos lo llamaban el Kaitto Kid real, pero la policía no le gustaba llamarlo así, porque, aunque representara el papel de aquel ladrón perfectamente, había una persona importante que le molestaba este Cosplay mejorado.

Su mirada carmín se posó en su objetivo, bajando del coche patrulla. Sus pies tocaron el suelo con absoluta delicadeza, y el ladrón empezó a sentir los nervios del momento. Allí estaba ella, la hija del jefe de policías, la mujer más inteligente del cuerpo policial, y aquella, que desde las sombras, le complicaba los planes de sobre manera. Sonrió al verle el rostro por primera vez en años, su cabello ceniza estaba más largo, y sus ojos jades brillaban con una astucia y sagacidad, dignas de su extensa reputación. Una detective juvenil, que no había terminado la secundaria aún, y que con sus 16 años, resolvía cualquier código o crimen que se le pusiera delante.

-Ladies and gentleman- gritó el ladrón de blanco, mientras extendía sus brazos hacia sus costados.

La gente que se había reunido allí para verlo actuar, profiriero un grito de alabación digno de un público eufórico. Los oficiales de policías luchaban por contener a esa vasta multitud que amenazaba con entrar al edificio en cuanto alguno se descuidara. Pero, aunque intentaran que la gente se alejara, para evitar que aquel presuntuoso ladrón se escabullera entre la confusión, no había muro o sistema de seguridad que lo detuviera. El muchacho sonrió al ver la determinación en los ojos jade de aquella persona, sin dudárselo, esparció una cortina de humo que llegó hasta los espectadores. Desapareció como por arte de magia, dejando a todos los policías confundidos como siempre. Otra vez, se estaba burlando de ellos.

-Demonios, ha escapado de nuevo- bufó molesto el pelirrojo jefe de policía.

-Tranquilo papá, lo atraparemos, además… esta vez no robó nada, no logro entenderlo- murmuró la joven parada a su lado, mientras veía las siluetas de los policías revisando el lugar donde antes estuvo el ladrón.

-Señorita- la llamó una suave voz infantil, ella no tardó en mirar al pequeño niño que traía una rosa roja consigo, y un pequeño papel doblado- para usted- le entregó sonriente antes de irse corriendo.

Cuidadosamente, desdobló el papel, para encontrarse con un mensaje en clave de aquel ladrón. Sus ojos jade se contrajeron en un momento de sorpresa, no podía creer lo que estaba leyendo.

"Como Romeo busca a Julieta, yo buscaré aquella joya que más anhelo.

La rubia entre frunció el ceño, esto era una clara invitación a que formara parte de su juego. Miró hacia la luna, distinguiendo con claridad la figura del sujeto que le había mandado la carta. ¿1412? Ella lo admitía, amaba la magia, y su personaje de ficción favorito era Kaitto Kid, el ladrón 1412. Pero este ladrón de cuarta, estaba manchando la imagen que ella tenía de este personaje. Ella era una detective, y no iba a permitir que alguien le tomara el pelo así como así. Arrugó la nota y miró el lugar por donde se había ido el ladrón. Aunque lo persiguiera ahora, no lo alcanzaría jamás. Si este ladrón quería jugar con fuego, pues con fuego iba a jugar. Ella se encargaría de atraparlo, fuera como fuese, él… terminaría tras las rejas.